Se levanto.
Mirando alrededor sintió la oleada de odio en sus huesos,
sus músculos, sus articulaciones, pero sobre todo en su cerebro.
Odiaba, eso la hizo levantarse, eso la hizo prepararse, no sabía
cómo llevaría a cabo su venganza, pero sabía que era lo único que tenia para
seguir viviendo, ellos la habían hecho sobrevivir, y eso la daba una excusa
para hacer lo que siempre había querido, que era matarlos.
Desde niña, supo lo que era ser tratada como una mierda,
nacer en un burdel no es fácil, siempre fue mercancía barata y sustituible, siempre fue tratada como
algo que se podía cambiar por otra mejor, eso la hizo sobrevivir, no vivir, una
sonrisa la surco la cara.
Aun recordaba a esos viejos lascivos, tocándola, enseñándola
cosas que una niña no debe saber, ni siquiera un adulto, pero ella las aprendió,
una madre que no llego a conocer, pues nació en un burdel y pertenecía a sus
dueños.
Cuando cumplió 14 años, se quedo embarazada, sabía que la arrebatarían
a su hijo, así que se fugo, no conocía a nadie ni nada fuera de esa vida de
camiones, clubs clandestinos, y hombres.
Pero salió, encontró un lugar, una pequeña gasolinera donde
fue contratada para trabajar, en la pequeña tienda, a cambio podía dormir en el
cuarto de atrás, allí creo su pequeño refugio, compro cosas para el bebe y tuvo
amigos, pero una noche apareció aquel tipo, la observo llamo y después la
golpeo e intento llevársela con él, sabía lo que le harían a su hijo o hija,
esclavo sexual gratis para aquella gentuza, que solo la daba de comer si se
portaba bien, aquellos que la matarían cuando naciera el bebe.
Salió corriendo, corrió y corrió, pero un tiro en la espalda
la encontró antes de lo que pensaba.
Cayo, contra el suelo, justo cuando el sheriff llegaba, el
tipo del coche huyo, como consecuencia ella perdió el niño, y vivió con un
sentimiento llamado odio, odio intenso.
Primero se tuvo que recuperar de sus golpes, luego de la
perdida, pero su objetivo era claro.
Y así fue aniquilando clubs clandestinos, hasta que no la
hizo falta ir a buscarles ellos vinieron a por ella.
El poder que tiene no temer a la muerte, les aterrorizo, pero aunque había hecho
amigos en su oscuro camino hacia la venganza, 10 años dan para mucho, ninguno
la pudo detener, cuando entro en aquella mansión, llena de explosivos y con una
sonrisa en la mano, detono la enorme casa, mientras con una sonrisa en la cara,
miraba al cerdo que había sido su padre, su mentor, el padre de su hijo, en
definitiva, su objetivo.